De cómo hice mi bramadera, proceso de elaboración:

De cómo hice mi bramadera, proceso de elaboración:

Tal y como ya adelanté en artículos anteriores, procederé a explicar cómo realicé mi bramadera o bramaderas, intentando ser precisa con la prehistoria, aunque solventando e imaginando a veces mediante los recursos que tengo a mi alrededor, tal y como harían ellos.

Mis bramaderas están realizadas en madera, aunque también pueden ser de hueso. Las mías parten de un trozo de madera de unos 30 cm de largo.

A partir de aquí, probamos con diferentes líticos hasta ir dando forma y tallando hasta conseguir una forma bastante parecida a una tabla de surf, alisando y redondeando los cantos…

Posteriormente y ya como lago personal, como una comunicación interna entre tú y tú bramadera, te va pidiendo más, hasta que sientes que la propia bramadera dice basta.

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Una vez conseguida la forma, pasamos al proceso de lijar.

¿Cómo lo hice yo?

Sencillo. Me fui a la playa y tuve una idea. Enterré a pocos cm la bramadera bajo la arena y con un canto de río plano por una de sus caras, procedí al proceso de lijado.

“Eureka”, el alisado era perfecto y cuanto más hacía, más me gustaba como iba quedando. Una vez su tacto fue suave y sin astillas ni asperezas, volví a elegir algunas puntas y restos de tallas de sílex para diseñar su decoración.

Directamente me dejé llevar. Mi mano grababa formas geométricas dependiendo de la zona de la bramadera pero sin previo diseño. Hasta que la propia bramadera nuevamente dijo basta.

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Una vez bien grabado y repasado, procedí a lijar de nuevo con el método arena+canto de río, pero sin profundizar demasiado para no quitar el dibujo grabado, solo eliminando pequeñas impurezas del tallado. Una vez acabado, pasamos a hacer un orificio con objeto puntiagudo para introducir la cuerda de fibras vegetales y anudarla.

La cuerda puede medir entre 1 y 3 metros.

Yo la coloqué de dos y medio y fui probando su sonido. Si la pones más corta, es más fácil el giro, más rápido pero menos potente. Si la cuerda es más larga, el sonido se amplifica, se expande, aunque el giro es más lento, pero suena mejor.

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Al menos para nosotros, la cuerda más larga emite un sonido más envolvente, sobre todo si nos refugiamos en una cueva , abrigo o lugar cerrado, donde se captura mejor el sonido.

Una vez hemos probado que funciona, le aplicamos el pigmento a base de óxido de hierro machacado y aplicado con una ramita, o con los dedos, y volvemos a lijar suavemente para que el color quede básicamente en el interior del grabado y este es el resultado:

©Viajes a la Prehistoria

Probando mi nuevo artefacto prehistórico: "Mi bramadera", tras darle los últimos retoques, ahora solo me queda decorarla…

Publicada por Lorena BC en Domingo, 7 de abril de 2019


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