El brujo de la cueva de los letreros, hechicero o chamán, es el personaje más llamativo y peculiar de todo el conjunto de Arte Rupestre localizado en los diferentes abrigos, a pesar de que el Indalo, un antropomorfo que sujeta un arco sobre su cabeza, se halla convertido en la imagen más reconocida mundialmente. Resulta curioso, por tanto y a primera vista, cómo, se pudo elegir entre todas las figuras, la del Indalo, cuando claramente destacaba el Brujo entre todas…
Aun así, se trata de una figura que algunos han relacionado con el sanador de la tribu y que se interpreta en la escena como un grupo de mujeres que le rodean y acuden a sus servicios…
Desde luego, no deja de ser una interpretación más, pero cuando vemos la enorme cornamenta sobre su cabeza, su tamaño, más grande que los del resto y las dos “herramientas en forma de hoz, que lleva en cada una de sus manos, la figura impresiona” y sobre todo, cuando accedes al lugar en solitario y en silencio, tras haber ascendido los metros que nos separa de él.
Y así, en el llano rocoso y rodeado de árboles que nos separa de las escaleras que conducen a la cueva de los letreros y donde el silencio, el aroma a naturaleza pura y los buitres reinan….una imagina al chamán, apareciendo entre el espesor y aproximándose a nosotros y un escalofrío me recorre las entrañas…quizás, su espíritu todavía deambula entre todos aquellos que viajamos a la prehistoria y nos acercamos a Almería para visitarlo y por qué no, rendirle culto como ya hiciesen ellos…Sea como fuera, la enorme escultura que encontramos ya en la carretera, más abajo, no deja lugar a dudas, El brujo impresiona…La pintura no es nada comparado a tamaño natural…
© Viajes a la Prehistoria
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