Experimento: Escápulas decoradas

Experimento: Escápulas decoradas

Arte Mueble: sobre las escápulas decoradas

Tratando de aprender siempre un poco más, hemos salido de cacería  (a la carnicería), en busca de una escápula para trabajar y decorar desde nuestros talleres de Arqueología Experimental.

¿Qué es la escápula y por qué es un elemento importante en la Prehistoria?

La escápula u omóplato es un hueso plano y triangular que se localiza en la parte posterior del tórax y que además de los seres humanos, lo poseen la mayoría de animales, por ejemplo los bóvidos, los equinos, ovicápridos, cérvidos, lobos, perros, cerdos, felinos, elefantes, etc…
Por eso es un hueso muy especial para el estudio de la prehistoria, de la fauna y también del arte mueble. Porque se han hallado en diferentes yacimientos prehistóricos algunos ejemplos de escápulas decoradas de diferentes animales que convivieron con el hombre en el paleolítico. Y porque no solo decoradas, nos sirven para el estudio de la prehistoria, sino para saber además, qué animales cazaban, carroñaban o consumían durante la prehistoria.

Arte Mueble en la Prehistoria, el caso de las escápulas grabadas

Al tomar una escápula en tus manos, te das cuenta no solo de su enorme tamaño, sino de la amplia superficie lisa que posee para poder ser decorada. Pero, entonces te preguntas ¿Cómo sería el proceso, desde que matan al animal y lo despiezan hasta que la decoran?
Como podéis observar en la fotografía inferior, la hemos recibido todavía con su carne, lo cual nos ha facilitado practicar con ella desde el principio, con varias tecnologías prehistóricas compuestas por raspadores de sílex, cuchillos y cuarcitas…

Y tras tan arduo y duro trabajo hemos dividido el experimento arqueológico en tres fases:

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1. Fase: descarnado y limpieza
2. Fase: Hueso en Ebullición y Secado
3. Fase: Grabado y pintado

Cada una de las fases, lleva consigo unos tiempos y unos procesos que hemos querido dejar plasmados para aprender algo más sobre el difícil y maravilloso trabajo que realizaban nuestros antepasados en la prehistoria. Trabajo arduo, lento y que pedía una serie de destrezas y habilidades muy importantes para las personas que lo realizaban. Pero empecemos por el principio.

FASE 1: Descarnado y limpieza

Nosotros lo tuvimos un poco más fácil, ya que desde la carnicería nos proporcionaron la escápula de bóvido completa, aunque con bastantes restos de carne todavía que debimos de descarnar y eliminar…
Durante 2 horas, traté de eliminar los pedacitos de carne poco a poco, con raspadores de sílex, y también lo intentamos con cuchillos de acero para ver la diferencia…


El sílex, corta más y es más suave el corte, además evitamos raspar menos la superficie del hueso que luego queremos grabar.
Una vez nos encontramos ya cara a cara con la última capa de piel adherida al hueso (periostio), nos damos cuenta que no será posible eliminarla por completo sin hervir el hueso, así que, nos ponemos manos a la obra en busca de una gran olla donde meter nuestro omóplato de bóvido.

FASE 2: Hueso en Ebullición y Secado

Tras una hora hirviendo en agua con sal y vinagre para eliminar impurezas y desinfectar el hueso, está listo para seguir retirando los restos de piel. Sin dejar que se enfríe, jugamos con el hueso sin quemarnos hasta que lo tenemos completamente limpio. Posteriormente lo ponemos debajo del grifo para terminar de dejar el hueso limpio.

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En la imagen, escápula trozeada en dos partes para tener dos soportes

Una vez limpio, procedemos al secado del hueso cubriéndolo completamente de sal (opcional) en el interior de un recipiente. Así pasan algunos días, hasta que procedemos a limpiar los restos de sal y nos ponemos manos a la obra con la decoración de nuestra escápula, tratando de imitar el Arte Mueble Paleolítico.

FASE 3: Grabado y pintado

Como se trata de la primera vez que trabajamos sobre hueso, dibujamos antes con lápiz la silueta del animal que queremos grabar, incluidos los trazos rallados, en nuestro caso al tratarse de una cierva rallada…


Posteriormente tomamos algunos trocitos de sílex y algunas puntas probando la dureza y profundidad de nuestro grabado, hasta conseguir un acabado más o menos idóneo.

 

El resultado fue una hermosa cierva rallada a la que cubrimos con polvo de óxido de hierro, tal y cómo hicieron nuestros antepasados, quizás por algún tipo de ritual, quizás para destacar los trazos….

 

 

PROBLEMÁTICAS Y ERRORES:

Al tratarse de un análisis de arqueología experimental a base de prueba y error analizamos cuál ha sido, creemos nuestro principal fallo y sacamos conclusiones para los artistas de la prehistoria.
El hueso, al estar húmedo, está más blando y es más fácil de trabajar. Al dejarlo secar notamos que se ha endurecido demasiado y nos cuesta mucho proceder a grabar los trazos con el sílex.
Tras consultar este detalle con un doctor en prehistoria sobre Arte Mueble, nos confirma que efectivamente, los huesos se grabarían sin estar secos y que también se llevarían a ebullición antes para eliminar todos los restos de carne y piel.

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Conclusiones:

La arqueología experimental del proceso de Grabado del Arte Mueble sobre hueso en la prehistoria nos ha enseñado algunos detalles importantes:

1. Que los hombres y mujeres de la prehistoria hervían los huesos, conocían el proceso de cocción por tanto y lo harían en algún recipiente ya en el paleolítico.
2. Que los artistas de la prehistoria, lo eran y mucho pues no es fácil, con el instrumental a su disposición llegar a realizar tan magníficas creaciones que llegan hoy a nuestros días, además de ser un trabajo lento, arduo y que necesita de mucha paciencia, repetición, conocimientos y habilidades artísticas. Tanto el arte rupestre como el arte mueble no lo realizaba cualquiera, de eso no nos cabe duda.
3. Que los huesos estaban mojados para trabajar mejor con ellos a la hora de realizar los grabados, sino es muy costosa cualquier tipo de incisión.
4. El olor de la Prehistoria.
5. Por todo no nos queda más que reverenciar al artista paleolítico ante tanta perfección en la prehistoria.

 

Detalle del grabado sobre escápula

 

© Viajes a la Prehistoria

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