FRÍO Y NIEVE EN LA PREHISTORIA

FRÍO Y NIEVE EN LA PREHISTORIA

EL FRÍO FUE EL CLIMA PREDOMINANTE DURANTE EL PALEOLÍTICO SUPERIOR

Ahora que parece que el invierno de verdad comienza a llegar al norte de España y las primeras nieves comienzan a dejar un pictórico manto blanco sobre los picos de Europa, no podemos dejar pasar la oportunidad de viajar al Paleolítico Superior, en plena glaciación e imaginar cómo era la vida de estos cazadores-recolectores que se refugiaban en las cuevas de Cantabria.

La cueva de Altamira, las de Monte Castillo, Hornos de la Peña o Covalanas, son claros ejemplos de habitabilidad del Homo Sapiens durante esta etapa tan fría. Por ello, visitar una de estas cuevas en pleno invierno, nos puede aproximar a hacernos una ligera idea de cómo sería la sensación térmica, mucho más fría por aquel entonces, para salir a cazar, a recolectar o en busca de madera para hacer fuego. Entrar al interior de las cuevas, por tanto se convierte en una aventura experimental para comprobar la temperatura ambiente en el interior de estas moradas paleolíticas, que explicaría muy bien la elección de algunas de ellas para la vida en su interior. La temperatura en el interior de las cuevas suele ser constante y más llevadera que el frío en el exterior.

Para entender de una forma más científica el clima en la prehistoria y concretamente en el Paleolítico Superior, tenemos que comenzar por entender que en este periodo de tiempo nuestros ancestros vivieron la última glaciación conocida como “Würm”  caracterizada por temperaturas muy frías, aunque con periodos intermedios con climas más templados. Pero lo común en este periodo de la prehistoria en el que nuestros ancestros ocuparon las cuevas y realizaron algunas de las más famosas pinturas rupestres, era la nieve, el hielo y el frío. Por tanto, que mejor momento que ahora para disfrutar de un auténtico viaje a la prehistoria experimentando la calidez del interior de una de estas cuevas al contraste con el frío del exterior.

Fuente: www. metapedia.org

De este modo y a través de nuestra propia experiencia entenderemos un poco más acerca de cómo podía ser el día a día de estas gentes, con paisajes cubiertos de nieve y hielo por largas temporadas. Incluso podremos imaginar cómo pudo sobrevivir nuestra especie a estos climas tan fríos y como precisamente el cambio climático hacía el 10.000 a.C, propiciaría el cambio en sus modos de vida y de residencia.

Sin duda nuestros ancestros fueron unos valientes.

©Viajes a la Prehistoria

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