Guías turísticos para visitas culturales

Guías turísticos para visitas culturales

Guías turísticos, la Clave para triunfar además de sabernos la lección radica en la empatía que lleguemos a tener con los visitantes

El entusiasmo de algunos guías turísticos,  de museo y monumentos es muy importante para la transmisión de la cultura y la difusión del patrimonio, siendo tan importante lo que se dice, como la manera en que se dice.

Verdaderamente cuando visitamos algún enclave prehistórico, cueva o museo nos encanta que detrás del mostrador o junto a nosotros linterna en mano, nos acompañe una persona, un alma enamorada y apasionada de su trabajo. Sea cual sea el enclave, en definitiva, nos gusta que esa persona nos transmita, nos enseñe, pero que también nos introduzcan en ese mundo diferente, especial, más allá del ocio, de lo que estábamos haciendo cinco minutos antes y nos internemos junto a él, en esa magia de la cultura antigua, de los mitos, de los rituales, de la arqueología y las excavaciones, de las sociedades prehistóricas, del arte rupestre o simplemente en la magnificencia natural de una estalactita. Ese mundo que en la aparente calma y silencio de la soledad tras el pasar de los años, comienza a hablar, a través de los útiles prehistóricos, de los instrumentos musicales, de los bisontes o las ciervas rojas, a través de los arqueros y de los signos esquemáticos que cuentan historias, muy antiguas y que con el entusiasmo, el conocimiento y la alegría de un niño, el guía, nos involucre en esa especie de simbiosis entre la realidad más científica y la fantasía más animista, más mitológica, más misteriosa y en definitiva más alejada de la cotidianeidad pero tan próxima a la verdadera naturaleza y al origen del hombre.

Queremos aprender, queremos que nuestros niños sientan, se diviertan y aprendan, se entusiasmen y se emocionen. Que nuestros ojos cansados de duros días de trabajo se abran con la sorpresa y las emociones nuevas, y que nuestra imaginación, esa que tenemos olvidada en un cajón, despierte como de un largo sueño, para sentir, en primera persona, como fueron nuestros antepasados, cómo comían, dónde dormían, cómo se vestían, cómo trepaban paredes o cómo pintaban. Toda historia contada, de la mano de un apasionado de cualquier trabajo, sabe mejor. Sin duda, el guía que se siente aburrido, cansado de repetir cada día lo mismo, no puede conseguir transmitir la esencia del patrimonio, más allá de su parte academicista o científica.

Es un reto, por tanto, para todos los nuevos profesionales conseguir que nuestros visitantes, disfruten de cada visita a nuestro patrimonio más apreciado, menos convencional, más novedoso para muchos ojos y, paradójicamente el más antiguo de todos. Una paradoja en manos de tantos y tantos trabajadores, que no han de olvidar, que cada nueva persona que entra, ha de sentir, escuchar y vibrar con su historia, como si fuese la primera vez que la cuenta.

Ahí radica la esencia de viajes a la prehistoria. Un reto: no dejar de sentir. Un logro: la transmisión del patrimonio a través de la pasión por la prehistoria.

© Viajes a la prehistoria

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