Magia en los equinoccios

Magia en los equinoccios

Los fenómenos astronómicos siempre han estado relacionados con una especie de magia en los equinoccios y en los solsticios.

Son muchas las culturas, que a lo largo de nuestra existencia han celebrado la llegada de las estaciones en forma de festividades y rituales. Incluso en la prehistoria, muchas evidencias muestran como monumentos megalíticos e incluso cuevas naturales, se encuentran orientados a la salida o puesta de sol en este día concreto de año.

Pero, si nos ponemos a pensar y a pesar de que hoy en día, de lo único que somos conscientes en otoño, es de que se caen las hojas de los árboles, para nuestros ancestros, el momento era muchísimo más importante.

La llegada del otoño es el momento en que se agradece la cosecha y se ruega a los dioses para que el invierno, que está a la vuelta de la esquina, no sea muy duro y permita la supervivencia de los clanes o tribus. Hoy al igual que hace milenios, la vendimia es celebrada en estas fechas y ni que decir tiene, la importancia de la misma a lo largo del año entero y los usos, más que notables que desde tiempos inmemoriales se han dado a las uvas y al vino.

Pero el equinoccio de otoño es mucho más. El sol, como astro rey dador de vida, comienza a esconderse antes. Sus rayos ya no calientan tanto y la luz mengua en cada atardecer. La vida en la prehistoria, en plena naturaleza y a la luz de las estrellas, mira cada amanecer con admiración y agradecimiento, mientras se preparan para el largo invierno, buscando aquellas cuevas o abrigos, aquellos territorios que mejor proveerán a los suyos de todo lo necesario.

Más allá de todo esto, existe en la orientación de las construcciones megalíticas orientadas a la salida del sol en el equinoccio de otoño, un componente ritual muy fuerte y muy extendido, que casi podríamos decir que supera todo lo anterior. Es en estas fechas, cuando a través de los pasadizos de piedra, los rayos de sol iluminan las cámaras funerarias donde nuestros antepasados enterraran a sus muertos. Fue muy importante por tanto para ellos, que la luz del sol, iluminara este lugar exacto, en un momento del año muy concreto y determinado. Solo por la dedicación y el trabajo, no siendo fruto de la casualidad, estas construcciones milenarias responden a ese deseo humano de creer en algo más allá de la muerte. Deseo que ha existido en casi todas las culturas y en todos los tiempos. Sin duda, una fecha clave en la prehistoria de la humanidad. Y sin duda una fecha clave para viajes a la prehistoria en busca de lugares que nuestros antepasados dotaron de un sentido mágico, especial y ritual.

Haber si se nos contagia algo y esta sociedad materialista comienza a encontrar el sentido de sus amaneceres en los campos cubiertos de ocres, verdes y amarillos, en las alfombras de hojas secas que crujen tras nuestros pasos, en las entradas de las cuevas donde algunos animalillos se preparan para el invierno o simplemente en los amaneceres equinocciales para que este día no sea uno más, sino que podamos dirigir nuestros agradecimientos del trabajo bien hecho.

© Viajes a la Prehistoria

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