Ya eran demasiadas las veces que pasábamos por delante de la famosa montaña de Cullera sin ascender en busca de aquella pequeña pintura rupestre del abrigo de Lambert (Cullera), Patrimonio de la Humanidad.
Muchas las veces hasta hoy. La mañana soleada y un clima primaveral en diciembre nos invitaba a viajar de nuevo a la prehistoria para recorrer los metros que nos separaban de aquella manifestación esquemática que nos dejaron nuestros ancestros tan próxima al mar Mediterráneo.
En apenas diez minutos hemos subido el monte, ya que aunque está previsto, todavía no se ha habilitado la pasarela que facilitará la visita y nos hemos colocado frente al abrigo de grandes dimensiones, protegido por una enorme valla y que en algún lugar de sus paredes escondía aquella enigmática pintura.
Tras algunos minutos buscando por todo el abrigo a través de las verjas, la pintura nos sorprendió. Y por fin, ahí estaba, en la parte alta y sobre una mancha en la pared que daba sensación de humedad se apreciaba perfectamente la representación…
A lo lejos, hemos podido observar a dos personajes en la parte más alta, incluso con algo en la cabeza, exactamente debajo de ellos un signo pectiniforme y dos cruces…
[beautifulquote align=»right» cite=»»]Sencilla y solitaria pero muy enigmática porque forma una composición desconocida en conjunto, una mezcla de símbolos que conocemos por separado pero juntos nos hace reflexionar una vez más sobre su mensaje[/beautifulquote].
La sensación que nos daba es que depende de la estatura del artista ejecutor, este la pudo pintar de rodillas o sentado si era adulto y de pie si era un niño. Pero además un abrigo con las espectaculares vistas que tiene el abrigo de Lambert y con esta representación rupestre apostamos a que debe de tener más pinturas…pero que hoy o han desaparecido o están tapadas por las coladas de calcita…
Ante el imponente abrigo, se alza una verja de protección.
Cabe destacar que quizás el lugar donde se encuentra es una de las zonas más desconocidas de Cullera y en cambio una de las más bonitas, tranquilas, silenciosas; tanto que no hemos podido evitar seguir la ruta y recorrer parte de este monte simplemente por el gusto de estar rodeados de naturaleza y bienestar. Una ruta arqueológica cortita, fácil y especial para una mañana de domingo…
©Viajes a la Prehistoria
Ubicación del abrigo: