¿Qué tipo de objetos acompañarían a nuestros ancestros prehistóricos para darles suerte en la caza, en las travesías, en los partos o en el tránsito a la muerte? ¿Existían efectivamente este tipo de objetos que hemos encontrado en civilizaciones posteriores o incluso entre tribus actuales? De hecho hasta nosotros mismos seguimos teniendo nuestros objetos, creencias y rituales para la “buena suerte”…pero ¿Qué objetos podrían haber formado parte de ese conjunto de amuletos en la prehistoria?
Hasta nosotros han llegado:
Esculturas en piedra o hueso

Collares de hueso, piedra y semillas

Dientes de animales
Piezas grabadas con círculos concéntricos o espirales

Pieles de animales

Cráneos

Bastones de mando

Piedras o huesos grabados con figuras de animales o geométricas

Arte Rupestre y Arte Mobiliar

Bramaderas, silbatos y otros objetos musicales

¿Puede que todos ellos o algunos de ellos hubiesen sido realizados o confeccionados como ayudas espirituales, para pedir favores o elaborados como amuletos personales o grupales?
No es tan loco pensar que en nuestros orígenes y más que ahora, se solicitara ayuda para dar explicación a lo que no se entendía o se temía, o se adoraba…

Por eso, cuando viajamos a la prehistoria y me encuentro con guías o investigadores que hablan de estos temas como meras tonterías algo me repatea el estómago, puesto que una prueba tan perdurable desde las civilizaciones que nos han legado parte de estos amuletos y creencias hasta la actualidad, tuvo que tener su origen en la prehistoria, en esos enterramientos con objetos que seguramente tenían un fuerte poder y significado espiritual para el difunto o para quien se lo ofrecía…

Del mismo modo, no digo todo, pero mucho arte rupestre ha tenido que ser consecuencia de estas mismas solicitudes de ayudas espirituales tal y como afirman las tribus todavía vivas que realizan arte rupestre con una fuerte espiritualidad y que conocemos a través de la etnografía comparada. Por ello no puedo callarme cuando alguien pregunta y el listo de turno dice: “Eso son tonterías”.
© Viajes a la Prehistoria