Los cometas en la prehistoria son una realidad constatada por los astrónomos.
Ahora que todos estamos en casa, es un buen momento para mirar tranquilamente al cielo y observar los mismos cometas en la prehistoria y en la actualidad. Un fenómeno astronómico que no se producía desde la edad de los metales. Y no es otra cosa que el paso del cometa descubierto en diciembre ATLAS C/2019 por nuestros cielos.
Los investigadores que lo han descubierto le llaman el cometa suicida, pues parece que va directo al sol y lo que además les descoloca, es que su brillo aumenta cada vez más.
¿Lo verían igual de brillante durante el calcolítico, nuestros antepasados prehistóricos?
Ilustración que recrea en la prehistoria el paso de un cometa
Y si lo vieron, ¿Qué pensarían de él? ¿Lo representarían en el arte rupestre de alguna cueva o abrigo? ¿Se encontrará entre esos famosos símbolos que se denominan solares?
Dicen que cada vez más se podrá ver con unos prismáticos a finales de Mayo, cuando alcanzará su pico más alto de luminosidad, ya que se encontrará muy cerca del sol. Su color es de tono verde y podrá verse a simple vista como una estrella más, si aguanta sin desintegrarse.
Su cola es de 300.000km y ahora en abril se encuentra al noroeste en el cielo nocturno.
Así que ahora deberíamos aprovechar de la oportunidad que tenemos de conectar con nuestro cielo y espacio, sin prisas y sin tiempo, disfrutando de este espectáculo único que desde la Edad del Cobre no se producía.
Pero el cometa Atlas, no es el único que nos está visitando. Alguien quizás más preocupante que Atlas, se aproxima a la tierra y se espera su llegada para el 29 de abril de este año. Se trata de un asteroide de importantes dimensiones, aunque los astrónomos afirman en que es poco probable que impacte contra algún punto de nuestro planeta, pero por si acaso, la Nasa ya ha preparado un potente propulsor iónico para impactarlo contra el asteroide y así evitar la colisión contra la tierra…
Parece que nuestros cielos están convulsos, mientras nosotros permanecemos en casa sin darnos cuenta de nada…
© Viajes a la prehistoria
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