Otra nueva cueva con arte rupestre se une a nuestra lista de enclaves prehistóricos para viajar al pasado remoto. Esta vez, parecía que por un momento nos encontrábamos en una cueva del norte de España, de Cantabria, de las que todos hemos visitado, pero no, estábamos en Málaga, concretamente en Archidona y la cueva se llamaba: “La cueva de las Grajas”.
Cualquiera que hubiese desconocido su nombre, podría haber llegado a la misma conclusión y es que al llegar, un montón de grajas volaban y se escondían felices entre las paredes y recovecos de esta cueva de grandes dimensiones.
Impresionante contemplarla desde el interior, con su enorme boca y al abrigo de las paredes calizas, con sus secretos, sus misterios, su arte rupestre y su pasado prehistórico. Allí, sentada en su centro, sobre una roca desprendida de su alto techo, el horizonte es infinito y la paz y el silencio solo son interrumpidos por el canto y el juego primaveral de estas aves, dueñas y señoras de la cueva, desde hace mucho, mucho tiempo..
La cueva de las grajas, recibe el nombre por ellas, y es que desde lejos, ya las ves revoloteando alrededor, te indican sin duda, el paradero de la cueva, son una pista inequívoca…en un entrono bellísimo con campos repletos de amapolas, margaritas, lilas y otras muchas flores de bellos colores como alfombras que decoran los exteriores de la cueva en primavera…
Pero eso no es todo, en una de las paredes verticales, justo en el lado opuesto de la cueva de las grajas, existe una oquedad, en medio de las altas paredes, donde un abrigo guarda otra sorpresa desde tiempos prehistóricos: un conjunto de grabados muy curiosos y enigmáticos en este lugar tan recóndito…
Una maravilla de enclave para viajar en el tiempo, desconectar, disfrutar del silencio, de la armonía y de la prehistoria en plena naturaleza.
© Viajes a la Prehistoria
¿Cómo llegar a la Cueva de las Grajas?
Te puede también interesar:
Ruta de los Dólmenes de Antequera y El Torcal
[spacer height=»30px»]