Tras el estudio químico con Uranio-Torio sobre la calcita de una de las manos de la cueva de Maltravieso, hace a penas unos meses, saltaba la noticia: [beautifulquote align=»full» cite=»»]La cueva de Maltravieso entre las estaciones con Arte Rupestre más antiguo de Europa y del mundo: 66.700 años[/beautifulquote]
Manos sopladas, puntos, animales grabados… la cueva, que sorprende al visitante al encontrarse en el interior de la ciudad de Cáceres, en una plaza, y con unos edificios al fondo, sorprende y mucho…
Cuesta imaginársela repleta de vegetación, cuando durante años y años, ha estado abandonada a su suerte, con la entrada de todo tipo de personajes que no solo la han utilizado como escombrera sino que han realizado hogueras en su interior, fiestas y otros menesteres…
Hoy la cueva posee doble puerta. Había que evitar que la gente, a pesar de las rejas exteriores se colara dentro como pasaba en el pasado. Nos encontramos frente a una cueva milenaria, con arte rupestre muy antiguo aunque con pocas evidencias arqueológicas en su suelo o alrededores…
Es todo un enigma. ¿Quiénes la habitaron con anterioridad a las gentes de la Edad del Bronce o quiénes realizaron sus pinturas? ¿Neandertales? ¿Homo Sapiens? He ahí el gran debate del año 2018, que junto a cuevas como Ardales (Málaga) o Pasiega (Cantabria), arrojan fechas similares.
Pero ahí está la cueva. Y sus cuidadores. Uno de ellos es el arqueólogo Jose Ramón Bello, el que nos acompaña al exterior y al centro de interpretación y nos hace de guía…
Jose Ramón Bello, junto a Raul Papoose, explicando la historia de la cueva de Maltravieso en su entrada
La cueva se encuentra cerrada al público por varios motivos de peso. Apenas fue descubierta hace 50 años, pero ha sufrido el devastador paso del hombre que ha llegado a dañarla en varias ocasiones. Por su conservación y protección es mejor seguir manteniéndola cerrada.
Otra de las razones es que la cueva no posee entradas de aire, por lo que puede decirse que estamos frente a una cueva muerta geológicamente hablando.
Y por último, las concentraciones de radón, son lo suficientemente importantes como para que no se permita la entrada nada más que a especialistas y por pocos periodos de tiempo.
Y aun así, sigue siendo la joya de la corona de la Prehistoria de Cáceres, donde resplandece frente a otros yacimientos posteriores de gran importancia.
Esperemos que los proyectos en los que se está trabajando se lleven a cabo y gracias a una reconstrucción de su centro de interpretación, todos podamos conocer de primera mano cómo es la cueva de Maltravieso, al igual que sucede en Altamira, con su réplica del techo de bisontes.
Ojala y dentro de algunos años, podamos repetir este encuentro y conocer el interior de la cueva, y su mensaje y esas manos que nos hablan, a través de la piedra y el paso de los años. Esos puntos que permanecen estancos en sus paredes, como el aire de la cueva. Ese tiempo indeterminado que nos separa de su entrada pero que guardaremos como un tesoro más de la prehistoria española.
Gracias a Jose R. Bello y Raúl Papoose por vuestra dedicación y tiempo en esta maravillosa visita a las puertas de la cueva de Maltravieso y por todo el trabajo realizado para que nuestro patrimonio prehistórico siga vivo…¡Volveremos!
© Viajes a la Prehistoria
Jose Ramón nos hace de guía en el centro de interpretación