Cueva de Morín, Religión en la prehistoria, Parte II

Cueva de Morín, Religión en la prehistoria, Parte II

La cueva de Morín en Cantabria podría ser un claro ejemplo de Santuario en la Prehistoria.

En la actualidad, muchos son los especialistas, que huyen de atribuir connotaciones religiosas a la prehistoria, aunque no niegan la evidencia de que algo diferente a las actividades cotidianas existió. Los avances científicos y la inclusión de técnicas novedosas centradas en dataciones y nuevas pruebas, han dejado de lado la parte quizás más interpretativa, antropológica y de comparación etnológica, para dar paso a la ciencia más pura y a los datos exactos. Lo que no se ve, no se puede probar.

Pero todavía existen entre nuestros días, nuevos investigadores, que se arriesgan con estos temas, y casi con pies en polvorosa y a veces caminando sobre la cuerda floja, se atreven a plantear todavía la idea de las cuevas como santuarios paleolíticos, a pesar de que hace tiempo que empezó a estar en desuso para muchos especialistas.

“Es útil admitir que al menos algunas cuevas paleolíticas, incluidas ciertas cuevas paleolíticas decoradas, servían como santuarios”[1]

L.G. Freeman

Para el autor la definición de santuario sería la de:

“un lugar sagrado, simbólicamente estructurado, separado de las actividades de la vida cotidiana y dedicado al desarrollo de actividades que establecen interacciones, culturalmente estructuradas, con un postulado sobrenatural (…), con creencias sobre la relación entre el mundo natural y el sobrenatural.” [2]

Las pruebas que podríamos advertir en las cuevas o abrigos del paleolítico, son desde pinturas rupestres o grabados, algún tipo de decoración de arte mobiliar o modificaciones de algún tipo. Elementos que nos llamen a atención por quedar fuera de lo cotidiano.

TE PUEDE INTERESAR TAMBIÉN:  El ritual del ciervo de la cueva de las Chimeneas

La ausencia de cualquier resto de actividades tanto alimenticias como de elaboración de industrias u otros usos, pero que en cambio sí que prueba su habitabilidad, le convertiría en un lugar especial, dentro del mismo hogar o alejado del hogar y exclusivo para ser utilizado únicamente como santuario.

Pero ha de quedar claro que no todas las cuevas con pinturas o que se hallen vacías de restos de actividades cotidianas, no son santuarios. Al mismo tiempo que entendemos santuario por lo que no tiene, también ha de reunir algunas características perceptibles y observables para el investigador. Y sobre todo hay que tener en cuenta el tipo de funcionalidad que se le dio en un determinado momento de la historia y el uso que se la podido dar antes o después de ese preciso momento. Entonces podríamos añadir al concepto de santuario el sobrenombre de temporal, entendido este como que fue un santuario durante un preciso periodo de tiempo. Ni todo el arte era arte, ni todo el arte era sagrado, ni todo el arte era producto de la religión o ritualística paleolítica.

TE PUEDE INTERESAR TAMBIÉN:  Tumbas antropomorfas en el cerro de San Bartolo

Un ejemplo de cueva santuario que encontramos en Cantabria sería la Cueva de Morín.

Fuente imagen: www.historalia.com

Complejo funerario Auriñaciense arcaico de Cueva Morín:

En esta cueva, existe un yacimiento funerario separado de otras salas consideradas habitación y cocina. Aquí, como se afirmaba antes, no hay nada. Ni decoración, ni pinturas, ni nada. Solo los muertos. Eso sí, inhumados a través de un rito. En una fosa excavada (rito predeposicional), se halla el cuerpo con la cabeza y los pies seccionados del cuerpo y depositados en la tumba junto al resto de cuerpo. (Rito deposicional). Sobre el cuerpo hay osamentas calcinadas y restos de ocre (rito post deposicional). Una primera capa de tierra cubría el cuerpo. Sobre ella, restos de fuego. Y sobre ellos más tierra. Sin duda, un lugar especial, un santuario dentro de la propia cueva y apartado de la vida cotidiana. Un ritual relacionado con la muerte y con algún tipo de creencia que desconocemos, pero que encaja perfectamente dentro de la definición de religión, puesto que el muerto no se inhumó a sí mismo, sino que fue una acción conjunta, respondiendo a una serie de creencias relacionadas con el más allá.

TE PUEDE INTERESAR TAMBIÉN:  La chica de Egtved y su emblemática historia

Fuente imagen: www.todocolección.net

La visita a esta cueva no está permitida, no se encuentra abierta al público por no tratarse de una cueva turística ni preparada para dicho fin, pero el entorno de la misma posee esa magia espacial que tienen la mayoría de cuevas de Cantabria.

Un libro recomendado por viajes a la prehistoria que describe muy bien las investigaciones que se llevaron a cabo en el interior de esta cueva es el siguiente:

[1] L.G. Freeman. La cueva como santuario paleolítico. José Antonio Laceras Corruchaga. Joaquín González Echegaray. El significado del Arte Paleolítico. Escuela de cultura y patrimonio “Marcelino Sanz de Sautuola”. Museo de Altamira. 2002.

[2] L.G. Freeman. Op.cit.

©Viajes a la Prehistoria

0 Comments