Cueva de Tía Martina (Cantabria)

Cueva de Tía Martina (Cantabria)

Una tarde inesperada, descubriendo la Cueva de «Tía Martina»

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Y de nuevo la prehistoria nos sale al camino y nos sorprende con nuestro particular hallazgo en la tarde de hoy. Salimos en busca de algunas flores y plantas aromáticas, cuando el camino nos condujo a una zona próxima pero que no habíamos visitado todavía en Cantabria.

Cruzando el río Pas y pasando el pueblo de Miengo, llegamos a una iglesia y la memoria me mandó un mensaje directo: aquí había una cueva que querías ver desde hace tiempo. Hoy era el día y estábamos allí, así es que conectamos con el mejor navegador del mundo a tiempo real: “ Las gentes del pueblo”, que nos indicaron perfectamente donde estaba situada la cueva.

No tiene mucho merito, pues precisamente esta se encuentra junto a la carretera, pero sino se sabe, se corre el riesgo de saltarla seguro. La cuestión es que esta tarde estaba casi al lado de la cueva, un vecino del pueblo preparando algo de cemento con una pequeña hormigonera cuando le pregunté desde la ventanilla del coche por la cueva.

Entonces, este hombre, no solo nos indicó que se encontraba allí mismo, sino que dejó lo que estaba haciendo y nos acompañó hasta el recinto. Y claro, como era de esperar, sabía un montón de cosas sobre la historia de la cueva de Tía Martina.

Para empezar, recibe su nombre original, porque una de las entradas de la cueva se encontraba precisamente debajo de la casa de una mujer que se llamaba Martina. Nuestro confidente nos contó como cuando era pequeño, él y sus amigos, entraban a la cueva a jugar muchas veces, encendían velas y ahí pasaban las horas. Por aquel entonces la cueva no se encontraba cerrada y como tenía otra entrada, pues pasaban de un lugar a otro del pueblo a través de la cueva, que en su galería superior se puede ir perfectamente de pie por todo el recorrido sin ningún problema.

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Ahora, nos contaba con un poco de tristeza, que para poder entrar en la cueva, que tantos recuerdos le traía, venían dos personas con las llaves, iluminaban apenas las pinturas y la cerraban por detrás para que no entrara nadie, mientras la visita permanecía en su interior.

Y nos lo contaba desde su punto de vista, desde la opinión del niño que ha tenido esa cueva como su segunda casa y que ahora, le han puesto una reja y no les dejan pasar.

También nos habló de las pinturas rupestres de su interior. Nos comentaba que sí que había tenido oportunidad de verlas en la actualidad, pero que no recuerda haberlas visto nunca, ni él ni nadie. Y que a pesar de lo que le dicen, él ve algunos trazos y manchas. Suspira y me dice que “los especialistas entienden”.

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La cueva, solitaria y silenciosa por su acceso interrumpido y prohibido, no solo por las verjas de abajo, sino por las del entorno también, se encuentra abandonada. Desde luego está tan próxima del núcleo urbano que resulta difícil que no se contamine de alguna botella o papelitos de caramelo, aunque sí es cierto que necesita una revisión, al menos de su estado actual. Al mismo tiempo, no sería mala idea, intentar hacer llegar a la población, más información, difusión e incluso poder disfrutar de la visita a la cueva de vez en cuando. Pues al final, quienes cuidan la cueva, de extraños e intrusos no son únicamente los enrejados, sino estos mismos vecinos que sienten un cariño muy especial, por un lugar que les es muy querido, y esto hay que tenerlo en cuenta. No es la primera cueva, ni el primer vecino que me cuenta la historia de una cueva en Cantabria que se convertiría en el lugar de sus juegos y aventuras de infancia. Esos juegos, amigos y momentos, que no sé porque, pero se nos quedan en la memoria para siempre. Imagínense, si encima fue dentro de una de estas cuevas, testigos del arte más antiguo de la humanidad.

Para finalizar, la cueva, que fue descubierta por Alcalde del Río, Breuil, Obermaier y Carballo hacía 1930, recibe el nombre de “Cueva de Cudón”, por estar simplemente ubicada en este pueblo.

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cueva de tia martina

Fuente imagen: mauranos.blogspot.com. De la revista Estampa del 18 de septiembre de 1928

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Pero, nos ha gustado rescatar su nombre original y la historia de una parte de la vida de esta cueva, en la que las gentes del pueblo, fueron sus habitantes y donde si uno se esfuerza en su imaginación,  todavía puede escuchar el griterío de niños en el interior, jugando o escondiéndose en plena guerra civil, mientras las gotitas de agua interrumpen el silencio.

Para terminar y buscando en hemeroteca, rescatábamos una noticia del año 2005 que aparecía en el diario Montañés¹ y en la que entre otros asuntos que afectaban a la cueva de lleno, estaba la cuestión de destinar dos millones de euros a la restauración de la misma y a un proyecto del ayuntamiento con el Gobierno de Cantabria para convertir a la cueva en una visita obligada para turistas.

Al parecer y vista la cueva y sus circunstancias en 2017, no se observa ningún cambio desde que se publicara dicha noticia.

©Viajes a la Prehistoria

¹http://www.eldiariomontanes.es/prensa/20060928/region/nuevas-edificaciones-ahogan-cueva_20060928.html
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