Una vez más, en un día lluvioso de noviembre, sin buscarlo y sin esperarlo, la prehistoria salió de nuevo a nuestro encuentro, las cuevas de Vinromá nos llamó desde la lejanía.
Nos encontrábamos descubriendo el territorio templario de la provincia de Castellón entre castillos y leyendas, pero la lluvia nos sorprendió y fuimos a parar a un paraje solitario… El silencio entre las nubes de tormenta que dejaban entrever un doble arcoíris en el horizonte nos invitaban a abandonar la aventura, pero tomamos, una carretera secundaria…
De repente nos encontramos rodeando un paraje natural único. Ascendimos hasta encontrarnos en la parte más alta del famoso Barranco de la Valltorta…[beautifulquote align=»right» cite=»»]Aquel lugar olía a prehistoria desde el principio[/beautifulquote]…Numerosas oquedades que llamaban muchísimo nuestra atención, antaño habíamos estado en algunas de ellas mientras escribía mi libro: ¿Por qué danzan los arqueros? 5000 km tras la prehistoria y los lugares de poder, pero la perspectiva era diferente desde la parte más alta. Comenzamos a descender durante trece kilómetros aquellas sinuosas curvas, en la soledad y el silencio de una tarde de domingo entre tierras inhóspitas…
Al llegar abajo y mientras atravesábamos un puente, aquel lugar llamó nuestra atención y bajamos del coche para sentir la magia que de allí emanaba…
La parte más baja de un río que recorría aquel territorio prehistórico se encontraba rodeada por grandes oquedades en un auténtico paisaje de otros tiempos…
En este espacio se congregaron miles de personas ante el acontecimiento de la aparición
[beautifulquote align=»right» cite=»»]La prehistoria nuevamente salía a nuestro encuentro[/beautifulquote]
Y que sorpresa cuando no la buscas, porque desde allí, desde las cuevas de Vinromà, río arriba, vivieron nuestros antepasados desde el mesolítico, incluso un paleolítico final, como atestiguan la gran cantidad de abrigos con arte rupestre y los yacimientos con restos líticos investigados desde 1917.
[beautifulquote align=»right» cite=»»]“Nos encontrábamos en el territorio de la Saltadora” [/beautifulquote]Un sueño… tantas veces admirada y sin buscarlo, la saltadora, la prehistoria del barranco de la valltorta y las cuevas de Vinromà nos invitaban de nuevo a viajar a la prehistoria…
Seguimos con el coche y entramos en el paraje por la zona conocida como la Morería.
Ascendimos unas escalinatas que nos separaban de algunos de los abrigos y nos adentramos en territorio prehistórico.
La cueva de la Campana fue nuestra primera parada, con sorpresa mayúscula al tratarse de un lugar con una historia a cuestas relacionada con apariciones marianas…Fenómeno que llegó a congregar a más de 300.000 personas en el año 1947 tras las visiones de una niña.
En esta misma cueva, en la actualidad nace una fuente natural y sabemos que hay algunos grabados prehistóricos en una de sus paredes.
Más adelante, encontramos algunos trazos de difícil identificación que nos parecieron rupestres, aunque desconocemos si realmente son de época prehistórica, de momento no los hemos visto en ningún catálogo, así que seguiremos investigando…
Continuando río arriba es donde encontraremos la mayoría de abrigos con arte rupestre, muchos protegidos, por lo que recomendamos la visita desde el museo de la Valltorta, con guía, que nos acompañará y nos informará de todo.
Subiendo un poquito encontramos una pequeña fuente que recoge el agua procedente de la cueva
Además de las manifestaciones rupestres, el paraje de la Morería es un lugar de silencio, de tranquilidad y con una energía muy limpia, se nota, cuando llegas, cuando asciendes, el sonido del río, que retumba con eco en las paredes de los abrigos, nos traslada como tantas otras veces, a otros tiempos, a la prehistoria, que una vez más y sin buscarla salió a nuestro encuentro…
El destino es uno…
©Viajes a la Prehistoria
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