Es la comarca de Matarraña y concretamente el barranco de Calapatá, en la provincia de Teruel, el protagonista del primer hallazgo de Arte Rupestre Levantino y tuvo como artífice de aquel importantísimo descubrimiento para la prehistoria de todo el Arco Mediterráneo a Juan Cabré.
Corría el año 1903, cuando el Joven Juan, encontrándose en Calaceite junto a un grupo de investigadores muy entusiasmados con la arqueología, saldría en una tarde ventosa y fría, a prospectar a pesar del mal tiempo. A su regreso, con gran alegría comunicaría a sus compañeros el hallazgo de unas pinturas rupestres compuestas por algunos ciervos en color rojo de estilo naturalista.
Fuente imagen: historiasdelbajoaragón.wordpress.com
Aquella tarde, decidió hacer un poco de trabajo de campo y preguntó a las gentes del pueblo sobre la existencia de pinturas en el barranco. Imaginamos que algo ya sabría cuando algunos operarios le habían informado de la existencia de unas pinturas antiguas ubicadas en la Roca del Moro.
Juan Cabré se apresuró a la roca y efectivamente, pudo localizar los famosos ciervos que se convertirían en el origen de las primeras investigaciones sobre arte rupestre levantino. Las primeras interpretaciones tampoco se libraron de algunas opiniones controvertidas y opuestas entre los que fueron sus primeros investigadores, con respecto a la cronología y datación de las mismas.
La Roca de los Moros, como era conocida aquella peña, se convertiría en protagonista y nexo de unión entre las primeras y fructíferas investigaciones del primer arte rupestre descubierto en el norte de España y este nuevo estilo hasta ahora desconocido y que atrajo la atención de los mejores investigadores de prehistoria y arte rupestre del momento.
Pero ahora viene la peor parte.
Mientras leía la Historia del panel de ciervos de la “roca de los moros” en una publicación de Aragón, los ojos se me iban abriendo ya que no podía creer lo que estaba leyendo. Tuve que repetir la lectura por tres veces hasta que efectivamente descubrí con asombro que era real.
Como medida de protección de aquellas pinturas, el panel de los ciervos fue arrancado, ya que los vecinos querían apropiarse de él al pensar que significaba un tesoro en aquellos años. Recuérdese que nos encontramos en 1903 y un grupito de “investigadores” andaba buscando pinturas antiguas por aquellos montes.
Fuente imagen: matarranyaturismo.es
La sorpresa viene cuando fue el propio Cabré el que arrancó aquel panel para su mejor conservación. Al igual que haría con otro panel de un abrigo cercano “Els Gascons”, el cual, por desgracia se destruyó en aquel intento de protegerlo. El de los ciervos de la “Roca dels Moros” se encuentra desde su extracción en el museo arqueológico de Barcelona, conservado en una vitrina.
En la actualidad y gracias a las aplicaciones virtuales, podemos disfrutar a través de nuestros dispositivos móviles o tablets de una aplicación diseñada para ver lo que ya no está en las pinturas de Matarraña.
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