Al saber que por fin iba a encontrarme en el entorno en el cual se representó al famoso brujo de las pinturas rupestres de Ulldecona, aquel que representé en su día para mi futuro libro de Prehistorias Levantinas, la emoción no me cabía en el cuerpo.
Al llegar al pueblo donde están las pinturas rupestres de Ulldecona nos encontramos divisando la famosa Ermita, que da nombre al conjunto de arte rupestre (patrimonio mundial por la Unesco en 1998) y tras ascender la Sierra de Godall, en el que se localiza, nos encontramos a las faldas de uno de los conjuntos de abrigos rupestres levantinos más famosos de Cataluña. Otros son: Les Muntanyes de Prades o Cogul y por supuesto los grabados paleolíticos recien descubiertos en la Cova de Font Major.. Pero allí estábamos en una bonita mañana, en la que algunos escaladores habían decidido ascender una pared vertical que separa los dos abrigos más importantes, junto por encima de la Ermita.
Existe, en el mismo lugar un centro de interpretación cuya visita guiada se incluye en el itinerario de visita de los abrigos, el cual dura aproximadamente 2 horas y se hace andando.
Nos encontramos ante representaciones rupestres postpaleolíticas y de pequeñas dimensiones, donde algunas pueden tener más de 8000 años y como la mayoría de santuarios de arte rupestre, este también contiene una serie de figuras relacionadas con las propias creencias o mitos de caza de sus creadores y de la sociedad que vivía en estos territorios en el periodo post paleolítico.
En ellas vemos personajes que habrían sido importantes dentro del grupo social, algunas pinturas que se asemejan a rituales y la presencia de animales que cazaban y de los que se alimentaban.
Los abrigos, donde se encuentran las pinturas y su entorno inmediato, pudieron servir, como se cuenta en otros abrigos levantinos que conocemos como a Sarga (Alcoy), que podrían haber sido escenario de ceremonias o reuniones rituales y que habrían servido como medio de comunicación y tradición.
Las pinturas rupestres de Ulldecona
Existen más de 400 figuras repartidas en los diferentes abrigos, pero entre todas ellas, dos escenas llaman poderosamente la atención y se han convertido en emblema del lugar en la actualidad, tanto en las calles del pueblo, como medio de atraer turistas como en el propio centro de interpretación, cuya imagen, se convierte en la imagen propia del lugar y los abrigos.
Las dos figuras que destacan como digo son el gran ciervo y el brujo.
Ambos forman parte de la misma escena junto a un arquero y estaría, como digo, representados en una de mis tablillas.
Al saber el tamaño real de aquellas figuras, quede muy sorprendida, pero, mejor que el visitante lo descubra por sí mismo, ya que el arte levantino, destaca, en su mayoría, por poseer siluetas delicadas y de pequeño tamaño.
La llegada y la recepción en el lugar son fáciles desde la autopista y se sube en coche hasta el centro de interpretación. La ruta a los abrigos se realiza caminando y existe una cafetería donde se puede hacer un descanso.
El entorno y la ruta a los abrigos de Ulldecona, no te dejará indiferente. Un lugar silencioso, cargado del misterio del paso del tiempo, con la firma indiscutible de sus autores en unos auténticos santuarios en piedra.
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Otra maravillosa ruta pero esta vez paleolítica que también se encuentra en Tarragona es la de la Cova de Font Major, ¿quieres conocer más?: