Cuevas de Monte Castillo
En el corazón de Cantabria, y próximas a Santander, existen un conjunto de cuevas prehistóricas que se entrecruzan y rellenan el horadado Monte Castillo. A sus pies, el pueblo de Puente Viesgo, y en su interior una completa biblioteca de la prehistoria donde se han encontrado en la cueva del Castillo, vestigios y ocupaciones humanas desde los neandertales hasta la edad media.
Conocida como la Montaña Sagrada, las cuevas de Monte Castillo es uno de los centros más importantes de la Prehistoria Mundial. Y está preparado con visitas guiadas y centro de interpretación. También cuenta con tienda especializada, baños, zona de descanso salas para actividades. En algunas épocas del año, Monte Castillo ofrece al visitante talleres de arqueología experimental orientados para el disfrute y la diversión de los niños y los mayores, además de aprender todas las técnicas y as formas de vida de nuestros antepasados prehistóricos.
La visita al interior de sus cavidades, concretamente cueva del Castillo y de las Monedas, son las que se pueden visitar, ofrecen al visitante una experiencia única de entrar en contacto con la esencia del ser humano y la supervivencia en el interior de una cueva. Experimentar el frío, el calor, el silencio, los pasadizos o la oscuridad son algunas de las claves que hacen de estos viajes a la prehistoria experiencias únicas para nuestra memoria. Además de descubrir a nuestro paso, el arte más antiguo de la humanidad, desde los puntos datados en 41.000 aproximadamente hasta la impronta de sus manos sopladas con pigmentos y que parece que nos rozan al pasar, que nos hablan, que nos intentan trasmitir un mensaje. Los bisontes, los caballos o los antropomorfos son otros de los atractivos de la cueva, y sobre todo: “la espectacular figura del hombre bisonte”, cuya sombra proyectada en las paredes de la cueva con la tenue luz de una lámpara, nos traslada a su mundo, a su modo de pensar y de entender la existencia. Es un momento único, digno de ser vivido y experimentado.
Hornos de la peña
Si todavía nos queda tiempo y fuerzas y nos hemos quedado con ganas de más prehistoria, muy cerca, y tomando carreteras secundarias en dirección a los Corrales de Buelna, podremos disfrutar de otra cueva famosa por conservar un hermoso conjunto de grabados de época paleolítica. Pero durante el camino, no podemos pasar por alto la visita a las estelas cantabras que nos pillan de camino hacía la cueva de Hornos de la Peña, en la localidad de Barros.
Una vez en el entorno de la cueva, descubriremos un hermoso paisaje cubierto de pastos y bañado por un río y coronado por una serie de pequeños montes, en uno de los cuales se ubica nuestra cueva.
La visita es muy especial. Se realiza en grupos de no más de cuatro personas, pues las dimensiones de la misma en determinados puntos, hacen que la afluencia de gente dificulte la visita. Tras una entrada espectacular, nos espera un pequeño recorrido de pequeños pasillos, que nos conducen a salas más amplias, rodeadas de bellas formaciones de estalactitas y estalagmitas, y decorada en muchos lugares con grabados de animales, signos e incluso un antropomorfo.
En su interior y si caminamos en silencio y concentrados, podremos disfrutar de la inmensidad de sus paredes y de sus silencios. Del gotear del agua que se cuela entre las oquedades o de una sensación de tranquilidad que nos envuelve y nos acompaña durante todo el camino.
Para visitar la cueva es necesario llevar algo de abrigo y calzado antideslizante, pues también encontraremos zonas húmedas y resbaladizas, así que es conveniente ir cómodo para disfrutar de todo lo que la cueva tiene que ofrecernos.
Hornos de la Peña es un viaje al útero de la madre tierra, donde el más sencillo turista, puede experimentar y sentir cosas que le trasladen a épocas pasadas o le proporcionen un absoluto bienestar.
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