Acinipo, en el entorno de la Serranía de Ronda, encontramos la ciudad romana
Buscando yacimientos arqueológicos romanos, llegamos a la ciudad romana de Acinipo por sorpresa, tras haber visitado aquella mañana la Algaba de Ronda y la Cueva de la Pileta.
En lo alto de una colina y a escasos Kilómetros de la ciudad de Ronda, se vislumbra uno de los teatros romanos mejor conservados de la Península Ibérica. Su altura, hace que se alce sobre el visitante con gran majestuosidad. La entrada al recinto, es totalmente gratuita y en verano o en días soleados, es aconsejable llevar agua y una gorra para no sufrir los efectos sofocantes del sol en estas tierras andaluzas.
Una vez en el interior, y tras las indicaciones del guarda, la visita se realiza en solitario y sin tiempos.
Aunque el ascenso en línea recta hacía el teatro, es el que suele realizar la mayoría de turistas, nosotros elegimos tomar la ruta a la izquierda, camino de las termas, situadas en los límites orientales del yacimiento. No es casual, que se encuentren aquí, por la proximidad y disponibilidad que tendrían los romanos del agua en aquel tiempo, alrededor del siglo I a.C. y el siglo I d.C.
Es increíble que todavía podemos observar las diferentes salas para el baño, (templaryum, tepydarium y frigidarium). Recuerdo que estuvimos rodeando las termas, y dibujando con la imaginación como debió de ser en su origen.
Seguimos avanzando con un sol sofocante y cuesta arriba. La verdad es que lo que nos esperaba arriba del todo, valía la pena, pero tuvimos que hacer una paradita para beber un poco de agua. Eran las dos del mediodía, y además del hambre, que comenzaba a recordarnos la hora que era, el sol de septiembre nos daba de lleno en la cabeza, pero valió la pena..
Ya en la cima, pudimos visitar y entrar al teatro que coronaba la ciudad por su extremo occidental. Y aunque como suele ser habitual en la ciudad romana, se encontraba en la periferia de la ciudad, en el conjunto visible y arquitectónico, adquiere una posición dominante frente al resto de construcciones. Desde luego, quien se encontraba allí arriba, gozaba de una excelente visibilidad sobre la ciudad casi al completo.
Ya en el interior del mismo, se observa que se conserva casi al completo. Desde las gradas (Cavea), excavadas sobre roca caliza y aprovechando la pendiente del terreno, hasta la Orchestra y algunos nichos semicirculares que habrían servido para albergar algunas estatuas de divinidades. Su construcción se remonta a finales del siglo I a.C. y su visita es muy divertida, educativa y emocionante. Remontarse a la época romana, y revivir como tuvieron que ser aquellos espectáculos. Como el eco del graderío se intensifica en las primeras filas o la libertad, de caminar sobre el entarimado de madera y poder disfrutar in situ del lugar, es una visita que no se puede dejar escapar. No solo para especialistas o estudiantes, sino para todos aquellos curiosos que quieran aproximarse al Antiguo Imperio Romano en todo se esplendor.
Para finalizar, y descendiendo ya del teatro, podemos observar algunas construcciones que corresponden a la zona de las viviendas. Tenemos una “domus” de dos plantas, con planta rectangular y donde se distinguen tres habitaciones hacía el norte, y otra zona hacía el sur que se interpreta como lugar de instalación de un altar destinado al culto de los dioses lares. Los lares eran las deidades protectoras de la familia para los romanos.
©viajes a la prehistoria
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